Tradicionalmente se conoce como malas hierbas a algunas especies vegetales no deseadas que crecen en terrenos de cultivo afectando al rendimiento del mismo.

malas hierbasLas malas hierbas son consideradas como «el enemigo» ya que interfieren con las actividades agrícolas y pueden causar múltiples daños. Algunas de ellas son parásitas de plantas del cultivo como Orobanche crenata en cultivos de habas o Cuscuta campestris en cultivos de alfalfa. Las hay también venenosas, como Senecio inaequidens, que aparece en los cultivos de heno, o la Rumex obtusifolius que puede aparecer en cultivos de alfalfa. No obstante,  los animales que pastan suelen evitar este tipo de hierbas.

Durante el crecimiento del cultivo y después de la cosecha, las malas hierbas pueden ser las causantes de algún tipo de plaga o enfermedad que puede afectar a las plantas del cultivo. En el momento de la recolección pueden causar problemas con la maquinaria agrícola afectando así al valor del cultivo.

Una de las principales razones por las que se establecen medidas de control de las malas hierbas radica en que compiten con los cultivos por el espacio, la luz, el agua. Se alimentan de los nutrientes del cultivo reduciendo así el rendimiento del mismo. Detectarlas es una tarea ardua. En la mayoría de las ocasiones es necesario recorrer el terreno a pie o en vehículos de motor cuando es posible. Esa labor en grandes extensiones es prácticamente imposible de realizar o conlleva emplear una gran cantidad de tiempo y dinero.

Para tratar de erradicarlas normalmente se utilizan herbicidas. El problema es que cuando estamos hablando de un cultivo de grandes dimensiones. En ese caso, resulta complicado detectar zonas concretas donde haga falta la aplicación de herbicidas. Por eso,  finalmente se termina llevando a cabo la aplicación en la totalidad del terreno aunque realmente no sea necesario. Esto desde luego no es ni lo más rentable, ni lo más deseable en lo que a salud se refiere.

Reducir el uso de herbicidas, una gran batalla en la que los drones pueden ayudarnos

Uno de los factores a tener en cuenta sobre el uso de herbicidas es su persistencia en el suelo. Hay cultivos que son muy rápidos e intensivos y la toxicidad de los herbicidas puede afectarles si el ciclo del cultivo anterior fue muy breve. Para evitarlo, es importante que, en la medida de lo posible, se reduzca su uso. Esto se puede conseguir mediante la detección temprana de esas malas hierbas.

Tampoco podemos obviar que el uso de pesticidas es una práctica cada vez más denostada por los consumidores. Sus niveles de toxicidad y su agresividad con el medio ambiente son razones de peso.

Drones y agriculturaUna de las herramientas con las que se ahora se cuenta precisamente para detectar malas hierbas de manera temprana,  es realizar la revisión de los cultivos utilizando drones.  De esta forma ya es posible llevar a cabo un control exhaustivo del estado de los cultivos y la presencia y desarrollo de malas hierbas. Gracias a ello, se logran reducir considerablemente los costes en herbicidas. También se reduce la dispersión de estos en el medio ambiente.

Gracias a las imágenes que se consiguen de las plantaciones, es posible detectar el lugar exacto donde se encuentras esas malas hierbas y su estado de desarrollo. Esto posibilita que únicamente se apliquen herbicidas en el lugar donde éstas están presentes y no en todo el cultivo como se viene haciendo hasta ahora.

Utilizar una buena cámara multiespectral es fundamental.

La cámara ideal para llevar a cabo la toma de imágenes es una cámara multiespectral,  como por ejemplo la Sequoia de Parrot.

La acción es bastante simple en su inicio. Se trata de conseguir un mosaico de imágenes que cubran toda la extensión del cultivo. Cuanto menor sea el intervalo entre imágenes, más eficaz será el control de malas hierbas. Cuanto antes se eliminen, la competencia con el cultivo será menor. Además, la hierba será más joven y más vulnerable a la acción de los herbicidas.

Es muy importante que la tarea de inspección de las imágenes se lleve a cabo por parte de un Ingeniero Agrónomo,  un Ingeniero Técnico agrícola, o un especialista en teledetección. Junto con la imprescindible colaboración del agricultor, estos profesionales son los más adecuados para extraer la máxima información de las imágenes obtenidas.

Pero, ¿cuales són las ventajas utilizando drones respecto al método tradicional?

  • Detección temprana. Permite controlar las malas hierbas en su etapa inicial de crecimiento, cuando son más vulnerables a los herbicidas.
  • Rapidez. Ya no hay que recorrer todo el cultivo a pie o con vehículos a motor. Utilizando un dron, tenemos imágenes de toda la superficie en pocas horas (dependiendo de la magnitud del cultivo).
  • Ahorro en costes. Las imágenes obtenidas nos indican el lugar exacto en el que se encuentran las malas hierbas. De esa manera, sólo será necesario tratar esa zona y no el cultivo completo. De forma indirecta se consigue un incremento de la productividad del cultivo puesto que, al realizar un control temprano, se disminuye la competencia de las malas hierbas con el cultivo.
  • Ahorro en fitosanitarios. Como únicamente será necesario tratar las zonas afectadas, se aplicarán las cantidades de herbicidas necesarias para esas zonas únicamente.
  • Elección del fitosanitario adecuado.  Algunas malas hierbas colaboran al sostenimiento del suelo. Lo ideal es identificar el tipo de mala hierba que crece en nuestro cultivo y emplear un tratamiento para la eliminación adecuado. Sobre todo, localizar aquellas denominadas «parásitas»,  cuyo crecimiento está perfectamente sincronizado con la planta del cultivo de la que se alimentan.
  • Disminución de las emisiones de CO2. Puesto que únicamente se tratan las zonas de las parcelas que lo precisan, las horas de trabajo con tractores y otros vehículos disminuyen. Como consecuencia, también disminuyen las emisiones de CO2 asociadas y los costes monetarios.

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