España continúa enfrentándose a una ola de incendios devastadora que ya deja más de 115.000 hectáreas calcinadas, miles de evacuados y varias víctimas mortales. Castilla y León es la región más afectada, con más de 20 focos activos en Zamora, León, Salamanca y Ávila. En Galicia siguen ardiendo 14 incendios, con más de 46.000 hectáreas quemadas solo en Ourense, lo que ha obligado a confinar a 68 personas. Otros frentes permanecen activos en Asturias y Extremadura, u otras comunidades autónomas que han sido afectadas como la Comunidad Valenciana, en la que los incendios de Teresa de Cofrentes y Xàtiva se encuentran ya estabilizados.
¿Cómo ayudan los drones en la extinción y gestión de incendios?
Los drones, gracias a su rápida capacidad de despliegue y elevada adaptabilidad, se han convertido en herramientas esenciales durante los incendios forestales. Aquí algunas de sus funciones clave:
- Detección temprana de incendios: Equipados con cámaras térmicas e infrarrojas, los drones permiten localizar focos de calor antes de que se conviertan en fuegos descontrolados, algo especialmente útil en terrenos extensos o inaccesibles.
- Monitoreo y cartografía en tiempo real: Proporcionan vigilancia continua de la evolución del incendio, ayudando a modelar su avance, identificar brechas y diseñar estrategias de contención más seguras y eficientes.
- Tecnología de enjambres (swarming): Esta innovación permite que múltiples drones operen coordinadamente para actuar sobre el fuego en sus fases iniciales o durante la noche y alta densidad de humo, cuando otras aeronaves no pueden operar eficientemente.
- Prevención de incendios en entorno urbano-rural: Estudios recientes han demostrado que incluso drones con cámaras RGB y modelos de IA permiten detectar vegetación excesiva cerca de construcciones, facilitando limpiezas que eviten propagación del fuego.
Los incendios forestales suponen una de las mayores amenazas para nuestro entorno natural y para la seguridad de miles de personas cada verano. La magnitud de los focos activos en España demuestra la necesidad urgente de contar con herramientas tecnológicas que ayuden en la prevención, monitorización y extinción. En este sentido, los drones se han convertido en aliados estratégicos: permiten acceder a zonas de difícil alcance sin poner en riesgo vidas humanas, realizan mapas térmicos en tiempo real para detectar los puntos calientes y ofrecen una visión aérea que facilita la coordinación de los equipos de extinción.
Gracias a ellos, se optimizan los recursos y se actúa con mayor rapidez y también se logra reducir considerablemente el riesgo para los bomberos y brigadistas, que cuentan con información más precisa antes de entrar en acción. La tecnología, y en particular los drones, no sustituyen la labor humana, pero sí la hacen más segura y eficaz, marcando un antes y un después en la lucha contra los incendios.
